Es el sonido de una maquinaria que chirría desde hace tiempo. En diciembre, Bill Gates deja caer ante Michael Arrington su decepción con las protecciones tecnológicas contra la piratería. El DRM causa demasiados quebraderos de cabeza a los consumidores, no funciona. En enero, Noruega le enseña los dientes a iTunes. Steve Jobs, que no es tonto, intenta llevar el debate a la puerta de las discográficas, y esta semana. un informe de Júpiter Research golpea de nuevo al DRM: el sistema actual no vale, el 70% de los directivos de la industria cree que los beneficios serían más altos con un único esquema de protección, abierto e interoperable. Pero ojo, este estándar no tendría futuro sin el apoyo de la iTunes Store. La pelota vuelve al tejado de Apple. Parece que si Jobs no se decide a dar el paso por propia iniciativa, otros pueden animarle a hacerlo, a fuerza de ley o de P2P.
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